“LA MUSICA PUEDE SANAR CÉLULAS ENFERMAS”
LA VANGUARDIA 9 JUNIO 2005
“Tengo 63 años, nací en Niza y vivo en la ciudad universitaria más avanzada de EE.UU., Butler. Estoy casado y tengo un hijo de 13 años. Soy músico profesional y licenciado en acupuntura. La izquierda y la derecha son la misma mafia. Creo en la energía y en la inteligencia cósmica. He dado un curso en el COSMOBIOTICAL INSTITUTE”
DOS VIDAS.- Pertenece a las asociaciones y centros de investigación más prestigiosos de Francia, donde la acupuntura está incluida en la Seguridad Social. Pero este hombre ha tenido dos vidas que han confluido en una.
Primero fue compositor e intérprete de jazz reconocido, luego estudiante de acupuntura, después acupuntor especializado en músicos y, finalmente, investigador sobre el poder curativo del sonido. Mientras estaba en el útero materno, su padre le tocaba el piano: “los gitanos también lo hacen, por eso todos nacen con buen oído”. Tiene remedio para todo: “La guitarra española tocada buen ritmo va bien para la circulación; el arpa, para dormir; la flauta dulce en tonos altos, para la concentración y, para estar contento, tambores y guitarras”.
Usted tenía un quinteto…
¡Qué época! Actuamos en el Carnegie Hall, la Filarmónica de Berlin, el Olimpia de París, la Opera de Tokio…Fue precisamente por un incidente en Japón como descubrí la acupuntura.
¿Qué pasó?
El avión llegó con mucho retraso, faltaban pocas horas para salir a escena y todos los músicos estaban agotados. Se me ocurrió buscar un acupuntor para que nos tratara.
¿Y?
Me cambió la vida. En 20 minutos estábamos todos en forma e hicimos un concierto extraordinario, así que decidí aprender acupuntura para tratar a mis músicos. Creía que con un cursillo de un mes el tema estaba listo, pero invertí media vida.
Es estupendo entusiasmarse
Lo es. Yo me entusiasmé tanto que tras siete años de estudio con Boris Bardo, fundador del Collage of Naturopathy and Acupuntura, y una vez licenciado en acupuntura, en 1978, me fui a seguir estudiando con Sensei Nakazono, el maestro que dio a conocer en Occidente la ciencia del sonido puro. Diez años más tarde fundé la Academia del Sonido, Color y Movimiento.
¿Qué enseña?
Enseño e investigo el poder de la música en el cuerpo. El diapasón es una herramienta muy efectiva en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades.
¿Cómo actúa?
Los diapasones actúan como las agujas de acupuntura. A través del punto de acupuntura las vibraciones llegan por el meridiano hasta el órgano, igual que la aguja, pero más rápido y con mucha más potencia.
¿Cuáles han sido sus investigaciones?
A parte de 20 años de experiencia con pacientes, he realizado un trabajo de investigación con Hélène Grimal, bióloga del centro de investigación de la Universidad de Jussieu de Paris. Durante un año estuvimos estudiando el efecto del sonido en las células humanas. Hemos fotografiado los cambios celulares que se producen bajo la influencia del sonido, de todas las notas, formas musicales en esto.
¿Qué es?
Una serie de fotografías de células cancerígenas, las que afectan a la matriz. Al ser sometidas a disonancias se destruyen.
¿Todo es una cuestión de energía?
Sí, la vibración sonora crea un campo de energía. Pero no es algo nuevo o extraño. Los teléfonos móviles funcionan a base de campos de energía. Esos campos se crean a través de los satélites. En Francia mi teléfono funciona, pero cuando voy a Estados Unidos no lo hace a no ser que cambie de campo de energía, es decir, de satélite. Esos campos de energía son invisibles, son lo que llamamos la energía entérica.
Entonces, ¿la música nos transforma?
Sí, la vibración de la música entra dentro de ti y te transforma igual que hace el Sol. De hecho, la distancia entre la Tierra y cualquier planeta de esta u otra galaxia se mide en distancias armónicas.
¿………?
La distancia armónica se obtiene con un radar que capta la vibración sonora entre por ejemplo, la Tierra y la Luna. Cuando hacemos música con instrumentos acústicos esta energía viva produce armónicos y esos armónicos comunican con todas las frecuencia y todo el universo.
¿Los armónicos afectan a nuestra vida cotidiana?
Influyen sobre la materia, los vegetales, animales y minerales: sobre todo lo vivo. Con un microscopia es fácilmente visible: según la vibración que emites, las células cambian de forma y de color.
¿Mejor cuidar lo que escuchas?
Si escuchamos la música adecuada en el tono adecuado a las estaciones nos sentiremos mucho más saludable psíquica y físicamente. Ahora en primavera, le recomiendo la totalidad de la; por ejemplo, el concierto de Mozart en La Mayor. En verano do -Concierto para piano y orquesta en do de Beethoven-. Para el otoño, sol; y para el invierno, re.
¿Y los instrumentos?
En primavera, flauta de madera; en verano, cuerda; en otoño, metálicos…. Si se escucha el timbre adecuado y la tonalidad correcta en cada estación, verá como su vida se armoniza y tiene más energía. Cada instrumento conecta con un órgano del cuerpo.
¿Qué efecto tienen los tambores?
Están vinculados con los riñones, los refuerza. Las cuerdas, violines y guitarras fortalecen el corazón. Todo lo que es metálico estimula los pulmones. Las flautas de madera son buenas para el hígado. Le propongo un sencillo experimento.
Usted dirá
Vaya a un concierto, cierre los ojos y observe por ejemplo donde siente los tambores, verá claramente que los siente en los riñones. Cuando oiga el chelo percibirá como el corazón se armoniza y cuando oiga instrumentos metálicos o de viento observará que sus pulmones se ensanchan.
¿Y cuál es el efecto de la música enlatada?
Pierde el 50% de los armónicos, que son los que penetran y los que curan. Escuche música en vivo, cuanta más mejor, porque nutre. Y si escucha música en casa evite los instrumentos eléctricos y sintetizadores.
¿Hay música poco saludable?
La música electrónica o demasiado alta desorganiza el campo energético. Fíjese que los adolescentes cuando salen de las discotecas están pálidos y algo desorientados. Su campo magnético permanecerá alterado durante varias horas.