Nuestro Viaje Cósmico, de la Estrella a la Célula crea un espejo
perfecto entre el Cielo y la Tierra ~ encarnado en el ser humano.
Nosotros, como humanos, siempre hemos tenido el insaciable deseo de tocar la Luz y traerla a casa. Y una vez que la tocamos, nunca lo olvidamos.
Durante casi 40 años la Academia Tama-Do ha ofrecido Programas de Certificación Profesional en Sanación con Sonido, Terapia del Color y Movimiento de Chi para enraizar el Alma en la vida cotidiana (Nivel I).
Sin embargo, somos mucho más que una escuela práctica.
Escondido bajo el poder y la eficacia de nuestras herramientas y técnicas, los buscadores pueden encontrar una puerta oculta, que se abre a los fundamentos de nuestra escuela: Las Antiguas Enseñanzas Iniciáticas de la Luz (Nivel II) y el Chamanismo de la Luz (Nivel III).
Tama-Do significa El Camino del Alma hacia la Luz. Es un viaje de ida y vuelta.
Elevamos nuestra conciencia desde lo físico/emocional hasta las estrellas, para tocar la Luz Divina y traerla de vuelta a casa en nuestros campos de energía sutil (aura), chacras, meridianos de acupuntura, órganos, células y ADN.
Para tener éxito, somos plenamente conscientes de que se necesita tiempo para despertar a cada Alma a su verdadera potencialidad.
Este viaje de las Células a las Estrellas ~ y luego de vuelta, de las Estrellas a las Células, sólo puede lograrse mediante la práctica de la energía.
No basta con estudiar y memorizar los antiguos conocimientos de los Maestros. Debemos aprender a PRACTICARLO en nuestros campos de energía y arraigarlo en la vida diaria.
Utilizamos el Trabajo Energético (Sonido, Color y Qi Gong), la Práctica Espiritual (Oración, Mantras y Meditación) y el Autoconocimiento (Chamanismo de la Luz) para recibir la Luz con el fin de transmitirla a los demás.
Cuando estamos en sintonía con nuestra Alma, sentimos una profunda alegría, amor, compasión, asombro, poder y el llamado a servir a la Luz. Hay simplicidad y Unidad. Todo es uno.
Cómo elevamos nuestro nivel de conciencia
depende de nuestro compromiso con la práctica:
nuestro esfuerzo consciente por elevar nuestras vibraciones
de la densidad de lo físico y emocional
a lo Espiritual, y de vuelta.
Esto requiere práctica, paciencia y perseverancia.
La energía ancestral se eleva desde nuestras raíces a través de nuestra columna vertebral,
conectando con la Fuente Divina y más allá...
y luego enraizar el Alma en nuestros cuerpos físicos.
Tama-Do, El Camino del Alma hacia la Luz es un hermoso viaje que nunca termina.